
"En camino hacia la unidad de los cristianos"
Convergencias:
a) Esta sesi?n de la Asamblea sinodal se abri? bajo la se?al del ecumenismo. La vigilia de oraci?n ?Together? cont? con la presencia, en torno al Papa, de otros numerosos jefes y representantes de diversas Comuniones cristianas: un signo claro y cre?ble de la voluntad de caminar juntos en el esp?ritu de la unidad y de la fe y del intercambio de dones. Este acontecimiento, altamente significativo, nos ha permitido tambi?n reconocer que nos encontramos en un kairos ecum?nico y de reafirmar que lo que nos une es m?s grande que lo que nos divide. De hecho, tenemos en com?n ?un solo Se?or, una sola fe, un solo bautismo, un Dios ?nico y Padre de todos, que est? sobre todos, entre todos y en todos? (Ef. 4,5.6).
b) Precisamente el bautismo, que es el principio de la sinodalidad, constituye tambi?n el fundamento del ecumenismo. A trav?s de ?l, todos los cristianos participan del sensus fidei y por ello han de ser escuchados con atenci?n, independientemente de su tradici?n, como ha hecho la Asamblea sinodal en el per?odo de discernimiento. No puede haber sinodalidad sin la dimensi?n ecum?nica.
c) El ecumenismo es, ante todo, una cuesti?n de renovaci?n espiritual y exige tambi?n procesos de arrepentimiento y de sanaci?n de la memoria. En la Asamblea han resonado testimonios iluminadores de cristianos de diversas tradiciones eclesiales que comparten la amistad, la oraci?n y, sobre todo, el compromiso en el servicio a los pobres. La dedicaci?n a los ?ltimos cimienta los lazos y ayuda a concentrarse sobre lo que ya une a todos los creyentes en Cristo. Es importante por ello que el ecumenismo se desarrolle ante todo en la vida cotidiana. En el di?logo teol?gico e institucional prosigue la paciente tesitura de la comprensi?n rec?proca en un clima de creciente confianza y apertura.
d) En no pocas regiones del mundo, existe, sobre todo, el ecumenismo de la sangre: cristianos de confesiones diversas que, juntos, dan la vida por la fe en Jesucristo. El testimonio de su martirio es m?s elocuente que cualquier palabra: la unidad llega de la cruz del Se?or.
e) La colaboraci?n entre todos los cristianos constituye tambi?n un elemento fundamental para afrontar los desaf?os pastorales de nuestro tiempo: en las sociedades secularizadas, permite dar m?s fuerza a la voz del Evangelio, en contextos de pobreza hace unir las fuerzas para el servicio de la justicia, de la paz y de la dignidad de los ?ltimos. Siempre y en todo lugar es un recurso fundamental para sanar la cultura del odio, de la divisi?n y de la guerra que contrapone a grupos, pueblos y naciones.
f) Los matrimonios entre cristianos que pertenecen a diferentes comunidades eclesiales (matrimonios mixtos) constituyen realidades en las que puede madurar la sabidur?a de la comunicaci?n y se puede evangelizar mutuamente.
g) Nuestra Asamblea ha podido percibir la diversidad entre las confesiones cristianas en el modo de comprender la configuraci?n sinodal de la Iglesia. En las Iglesias Ortodoxas, la sinodalidad se entiende en sentido estricto como expresi?n del ejercicio colegial de la autoridad propia de los obispos (el Santo S?nodo). En sentido lato, se refiere a la participaci?n activa de todos los fieles en la misi?n de la Iglesia; no han faltado referencias a las pr?cticas en uso en otras comunidades eclesiales, que han enriquecido nuestro debate. Todo esto necesita de ulteriores profundizaciones.
h) Otro tema que profundizar se refiere al nexo entre sinodalidad y primado en los diferentes niveles (local, regional, universal), en su rec?proca interdependencia. El tema requiere una relectura compartida de la historia para superar lugares comunes y prejuicios. Los di?logos ecum?nicos en curso han permitido comprender mejor, a la luz de las pr?cticas del primer milenio, que sinodalidad y primado son realidades correlativas, complementarias e inseparables. La aclaraci?n de este punto delicado se refleja sobre el modo de entender el ministerio petrino al servicio de la unidad, seg?n todo lo deseado por San Juan Pablo II en la Enc?clica Ut unum sint.
i) Hay que examinar, adem?s, bajo el aspecto teol?gico, can?nico y pastoral la cuesti?n de la hospitalidad eucar?stica (communicatio in sacris) a la luz del nexo entre comuni?n sacramental y eclesial. Este tema se advierte particularmente en las parejas interconfesionales. Esto nos lleva tambi?n a una reflexi?n m?s amplia sobre los matrimonios mixtos.
j) Se ha solicitado tambi?n una reflexi?n sobre el fen?meno de las comunidades ?no denominacionales? o de los movimientos de ?despertar? de inspiraci?n cristiana, a los que se adhieren en gran n?mero tambi?n fieles de origen cat?lico.
k) En el 2025 ser? el aniversario del Concilio de Nicea (325) en el que se elabor? el s?mbolo de la fe que une a todos los cristianos. Una conmemoraci?n com?n de este acontecimiento nos ayudar? tambi?n a comprender mejor c?mo en el pasado las cuestiones controvertidas fueron discutidas y resueltas, juntos, en Concilio.
l) En el mismo 2025, providencialmente, la fecha de la solemnidad de la Pascua coincidir? en todas las denominaciones cristianas. La Asamblea ha expresado el vivo deseo de llegar a encontrar una fecha en com?n para la fiesta de Pascua, para poder celebrar en el mismo d?a la resurrecci?n del Se?or, nuestra vida y nuestra salvaci?n.
m) Se desea tambi?n continuar involucrando a los cristianos de otras confesiones en los procesos sinodales cat?licos, en todos sus niveles, e invitar un mayor n?mero de delegados hermanos a la pr?xima Asamblea del 2024.
n) Por algunos se ha hecho tambi?n la propuesta de convocar un S?nodo ecum?nico sobre la misi?n com?n en el mundo contempor?neo.
o) Se relanza la propuesta de copilar un martirologio ecum?nico.
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